Descubre la historia de Cortijo El Esparragal. Ubicado sobre los terrenos de un antiguo asentamiento romano, que surgió a su vez de un castrejón tartésico que dominaba estas llanuras, fue lugar de paso entre Itálica y Emérita Augusta, y una de las principales atalayas de los caminos que unían la zona minera de Riotinto (Huelva) con el valle del Guadalquivir.
Como vestigios de la presencia romana, encontramos parte de la elevación de su muralla, que aún se aprecia como una pequeña corona en lo alto del cerro, y algunas habitaciones de un edificio romano, con restos de hornos de calefacción y muros revestidos de cal hidráulica, posiblemente pertenecientes a unas termas que se alimentaban del manantial.
Tras la Reconquista, el rey Juan II concedió la jurisdicción del lugar a D. Fernando Medina, cuyos herederos la vendieron a la orden de los Jerónimos en el siglo XVII, estableciendo estos aquí un convento que, junto con la capilla presidida por la Virgen de Belén, se convirtió en el germen de las actuales edificaciones.
La desamortización de Mendizábal hizo que El Esparragal pasase por distintos propietarios hasta que en 1851 la familia Vázquez se hiciese cargo de él, construyendo un cortijo señorial adosado al monasterio. En 1967 la familia Oriol adquirió el cortijo, reformándolo respetuosamente y manteniendo la capilla y los patios del convento.
Hoy, Cortijo El Esparragal se ha convertido, por su instalaciones, entorno e historia, en el enclave ideal para la realización de bodas y eventos de todo tipo.
Con más de 2.700 Ha., la finca se divide en tres grandes áreas: una de olivar y tierras de labranza, donde se asientan la mayoría de las edificaciones; una de bosque mediterráneo dedicada a la caza mayor de venados y jabalíes; y otra de dehesa, con mil hectáreas de encinas y alcornoques, donde habita la población de vaca retinta, raza cuyo origen se encuentra en el toro salvaje que habitaba los campos andaluces.
Construido por el Marqués de Casa Oriol, es la confluencia del arroyo de las torres y el de la parrita, con capacidad para dos millones de m3 de agua, y garantiza el riego, contribuyendo a crear un ambiente adecuado para la conservación de la fauna silvestre.
El cortijo propiamente dicho, es actualmente un complejo con instalaciones diversas y capacitadas que pueden dividirse en diferentes espacios exteriores e interiores para la celebración de bodas y eventos.